Todo indica que ya en época romana había presencia judía en Segovia y, de hecho, al parecer se mencionó esta comunidad durante el Concilio de Elvira, en los primeros años del siglo IV de nuestra era. Después de eso, tenemos que esperar hasta el año 1215 para encontrar una mención documental a esa comunidad judía. Se trata de un interdicto promulgado por el obispo Giraldo, en el que censuraba el juego y las apuestas entre judíos y cristianos que se daban en la parroquia de San Miguel, en pleno centro de la ciudad. La norma es llamativa y, sobre todo, refleja una convivencia normalizada entre comunidades que incluso compartían tiempo de ocio, lo que indica que probablemente la presencia sefardí se remontaba, al menos, a cierto tiempo atrás.

Cuatro décadas más tarde, una nueva norma nos vuelve a hablar de una comunidad importante, que convive con tanta normalidad con los cristianos que es necesario obligarlos a vestir de forma reconocible «con el fin de evitar que los judíos puedan unirse, con grave daño, con las mujeres de los cristianos y éstos con las de los judíos», tal y como le exigía el Papa Inocencio IV al obispo Raimundo de Losana. No se sabe mucho más sobre la judería de Segovia durante esa centuria, pero sí que por ella pasaron algunos personajes importantes dentro del mundo sefardí, como los cabalistas Jacob ha-Cohen, que se cree que pasó sus últimos años y murió en Segovia alrededor de 1280, y Yosef ben Abraham Chiquitilla.

Durante el siglo XIV la comunidad judía está más documentada y se sabe que tuvo entre 50 y 100 familias, que de nuevo vemos que convivían con los cristianos de una forma natural, incluso compartiendo actos religiosos: en 1326 el arzobispo de Toledo visita la ciudad y condena el ayuno de pan y agua que hacían, juntas, las mujeres cristianas y las judías en la víspera de la Pascua. Lamentablemente, tal y como ocurrió en muchas aljamas de Castilla, durante ese siglo se van deteriorando poco a poco las relaciones entre cristianos y judíos, especialmente a partir de determinadas decisiones políticas. Por ejemplo, en 1369 se producen altercados después de que el rey impusiese una moratoria general a deudas contraídas con judíos: algunos cristianos asaltan las casas de los sefardíes para hacerse con los documentos acreditativos de los préstamos.

Sin embargo, no parece que los terribles sucesos de 1391 tuviesen un impacto importante en Segovia, quizá por las buenas relaciones que mantenía el cabildo catedralicio con los judíos, a muchos de los cuales alquilaba propiedades inmobiliarias sin que se produjesen mayores fricciones, de hecho sólo se conoce el caso de un pleito que, además, acabó en un acuerdo con la mediación de dos jueces: uno cristiano y uno judío.

Sí tuvieron un impacto directo las llamadas Leyes de Ayllón, publicadas en 1412 y que obligaban, entre otras disposiciones muy dañinas para las comunidades sefardíes, a concentrar a la población judía en un área concreta de la ciudad. En Segovia esta judería, la primera que tiene la ciudad porque hasta ese momento los judíos habían vivido en las mismas calles que los cristianos, estaba entre la actual plaza de la Merced y la puerta de San Andrés.

En este contexto se produjo la confiscación de la Sinagoga Mayor, según algunos autores como castigo por los sucesos del Corpus Cristi (un proceso contra judíos causado por la presunta profanación de una hostia que ya se ha convertido en leyenda) según otros porque tras la creación de la judería ésta quedaba fuera de sus límites.

La separación entre cristianos y sefardíes fue estricta durante décadas, pero a mediados de siglo empezó a relajarse y en esta época de algo más de tolerancia la aljama segoviana prospera de forma notable. Así, durante la última etapa del reinado de Juan II y en el de Enrique IV la judería de Segovia es de las más prósperas de Castilla. Por ejemplo, en el repartimiento del impuesto del medio servicio entre los años 1464 y 1482 -ya reinando Isabel la Católica- fue la que más contribuyó.

Pero con la llegada de los Reyes Católicos la situación volvió a dar un giro: en 1476 se retira a las aljamas el derecho a juzgar los delitos de miembros de su comunidad, en 1480 se obliga de nuevo a los sefardíes a vivir en barrios segregados (una medida que en Segovia se aplica en octubre de 1481) y, casi como colofón, la Inquisición se establece en Segovia en 1486. Finalmente, tras el Edicto de expulsión en 1492 la aljama segoviana desaparece: muchos judíos se convierten y muchos otros toman el camino del exilio.

La judería de Segovia

Un recorrido por la antigua judería de Segovia tiene que comenzar casi obligatoriamente en la antigua sinagoga mayor, que ahora es la iglesia del Corpus Cristi, en la plaza del mismo nombre. A través de una historia azarosa y de varias restauraciones hoy en día se puede disfrutar del carácter claramente sefardí de este edificio del siglo XIII que nos recuerda mucho a Santa María la Blanca de Toledo.

Desde la propia plaza del Corpus es posible adentrarse en el corazón del antiguo barrio judío a través de la Calle Judería Vieja, cuyo recorrido en curva corría paralelo a la muralla y en la que se encuentra el Centro Didáctico de la Judería, el lugar perfecto para aprender más sobre el pasado sefardí de la ciudad. Además, este centro está en lo que era la casa de Abraham Seneor, uno de los personajes destacados de la comunidad hebrea a finales del siglo XV.

No es el único edificio de la zona que ha superado el paso del tiempo: los ejemplos de arquitectura popular, de piedra, adobe y madera, son numerosos. Y algunos se relacionan directamente con el pasado sefardí, por ejemplo en la calle Martínez Campos, que nos lleva de la calle de la Judería Vieja a la calle de la Judería Nueva, está la casa de Samuel Dean, que conserva uno de los mejores patios de la época.

El viajero puede terminar su recorrido bajando por la calle del Socorro, en la que estaban las carnicerías de la aljama, para después atravesar la Puerta de San Andrés, cruzar el pequeño Puente de La Estrella y llegar al cementerio judío, usado durante siglos por los sefardíes segovianos. Aún hoy, más de 500 años después, podemos ver las tumbas excavadas en la roca y también enterramientos en cuevas que son bastante menos habituales en las necrópolis sefardíes. Todo un recuerdo que ha superado el peso de los siglos.

Ruta por la Judería de Segovia

Como una nave pétrea, Segovia navega al amanecer en un mar de cielo azul profundo. En el silencio del alba aún parecen resonar los cantos sagrados de antiguos judíos segovianos. Sobre sus callejuelas empredradas, ellos regresan, susurrándonos historias y leyendas, con cada madrugada.

Diario de Viaje

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